Se trata
de una enfermedad que puede provocar
importantes pérdidas de rendimiento. Cómo
identificarla y qué hacer. Elección de
cultivares y manejo del lote entre las
principales recomendaciones.

Investigadores del INTA Marcos Juárez
–Córdoba– buscan identificar alternativas
para el control del síndrome de la muerte
súbita en soja. Entre las principales
recomendaciones se encuentran la elección de
cultivares parcialmente resistentes, las
prácticas de manejo del lote y los momentos
de siembra.
Lisandro
Lenzi, especialista en sanidad y
mejoramiento genético de soja del INTA,
explicó que el síndrome de muerte súbita es
una enfermedad de la que falta mucho por
conocer. “Es causada por cuatro especies de
hongos –del género Fusarium– que son
habitantes naturales del suelo, lo que hace
que el control sea difícil”.
Como es
una de las especies habituales del suelo,
pueden sobrevivir en los restos de raíces o
en rastrojos. “Una vez que se observan los
síntomas, no hay nada que se pueda hacer”,
señaló Lenzi y aseguró: “No se puede
controlar con fungicidas, y las rotaciones
clásicas de nuestra zona con maíz y trigo
tampoco parecen ser efectivas. Algunas
prácticas de manejo pueden reducir el riesgo
de daño, aunque ninguna de ellas puede
prevenir la enfermedad”.
De acuerdo
con el especialista del INTA, esta
enfermedad está presente en numerosos lotes,
aunque generalmente con baja incidencia
(número de plantas enfermas).“En el sudeste
de la provincia hemos observado incidencias
de más del 20% en algunos lotes sembrados
con variedades muy susceptibles.”
“No
siempre mata a la planta”, dijo Lenzi y
agregó: “Las plantas afectadas en general
anticipan su madurez, y rinden entre un 40 y
un 60 por ciento menos que las plantas
sanas”.
Las mermas
en los rendimientos dependerán del momento
en el que aparece. Si aparece en principios
de floración las pérdidas serán mayores, ya
que puede causar aborto de flores y de
vainas. En cambio, si se registra más tarde
puede causar una disminución en el número de
semillas/vaina o en el tamaño de las
semillas.
Cómo
identificarla
En lotes
afectados, la enfermedad aparece en
“manchones”. El hongo sólo se encuentra en
la raíz de la planta y actúa a nivel
interno, “una vez que se instala e ingresa
al sistema de alimentación de la planta,
genera toxinas que llegan a las hojas y
causan síntomas foliares”, expresó el
especialista del INTA.
Los
síntomas generalmente aparecen a partir de
floración y una vez que se visualizan no hay
nada que se pueda hacer. Las primeras
señales aparecen en las hojas, “se trata de
puntos amarillos que se extienden y con el
tiempo se juntan, y luego se secan. Toda la
hoja queda de color marrón y sólo las
nervaduras permanecen de color verde”,
describió Lenzi.
“Es común
observar la caída de las hojas, mientras que
los peciolos permanecen adheridos al tallo.
En cuanto a las raíces, provoca pudrición y
generalmente las plantas afectadas se
arrancan con facilidad del suelo”, señaló
Lenzi y aclaró: “En ocasiones pueden
observarse en las raíces puntos azules, que
corresponden a masas de esporas del hongo”.
Como
existen otras enfermedades que pueden causar
síntomas foliares similares a los de muerta
súbita, Lenzi destacó la importancia de
hacer un diagnóstico correcto. “Se deben
examinar la raíz y los tallos de las
plantas, y recurrir a un especialista”.

Como existen otras enfermedades que pueden
causar síntomas foliares similares a los de
muerta súbita, Lenzi destacó la importancia
de hacer un diagnóstico correcto.
Qué
hacer
Debido a
la variación en el desarrollo que
caracteriza a esta enfermedad, “es muy
importante que el productor lleve un
registro de los lotes, para identificar
cuáles son los problemas presentes y tomar
las medidas adecuadas para la próxima
campaña”.
Para el
técnico del INTA, hay prácticas de manejo
que pueden disminuir los efectos de la
enfermedad. “La primera recomendación es el
uso de cultivares con resistencia”. Si bien
la resistencia es parcial, la incidencia
(número de plantas enfermas) de la
enfermedad dependerá del nivel de
susceptibilidad del cultivar.
“Por
ejemplo, en la campaña 20012/13, en un mismo
lote observamos una incidencia del 40% en un
cultivar muy susceptible y de menos del 5%
en un cultivar de buen comportamiento al
síndrome de la muerte súbita”, indicó Lenzi
y agregó: Las plantas enfermas rindieron
aproximadamente la mitad que las plantas
sanas, la pérdida estimada fue cercana al
20% en el cultivar más susceptible, y menor
al 3% en el cultivar resistente”.
Hay
condiciones ambientales que predisponen el
desarrollo de la enfermedad. Observaciones a
campo determinaron que la incidencia fue más
severa en años frescos y lluviosos, en lotes
con riego, y en suelos compactados o mal
drenados. Por esto, es conveniente realizar
acciones para mejorar el drenaje.
Otra
opción es atrasar la fecha de siembra. “En
general la incidencia de la enfermedad
disminuye en fechas de siembra más tardías,
aunque esto depende de las condiciones
particulares de cada año, y por otro lado la
disminución en el rinde por el atraso de la
fecha de siembra puede ser mayor que la
causada por la enfermedad. Por lo tanto,
puede ser más conveniente sembrar en la
fecha óptima cultivares con buena
resistencia a la enfermedad”, indicó el
técnico.

Para el técnico del INTA, hay prácticas de
manejo que pueden disminuir los efectos de
la enfermedad. “La primera recomendación es
el uso de cultivares con resistencia”.
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